I believe language is one of the most powerful weapons ever created. Twice in my life, violence has tried to take me, leaving me with a cracked skull, lifelong tinnitus, a shattered jaw, two stab wounds, and a need for new front teeth. And yet, I’ve chosen to return this brutality with words as my weapons.
Theatre is a living, breathing battleground for the soul, a place where characters reveal their scars and fight for their humanity. As a queer, Latino, disabled playwright and filmmaker, I interrogate the intersection of identity and survival, the quiet rebellions of those who refuse to be taken by the darkness. I write to disturb, to inspire, to leave you in stitches, to remind you that we only have one life. Live it to the hilt and wear it gloriously.
I want my audience to leave the theater questioning their own resilience and their own defiance. I want them to ask: How do we fight back? How do we carve out space for ourselves in a world that tries to erase us?
I am Montserrat Mendez. I am a playwright and filmmaker. And I wield words as weapons to ensure no one is silenced.
Theatre is a living, breathing battleground for the soul, a place where characters reveal their scars and fight for their humanity. As a queer, Latino, disabled playwright and filmmaker, I interrogate the intersection of identity and survival, the quiet rebellions of those who refuse to be taken by the darkness. I write to disturb, to inspire, to leave you in stitches, to remind you that we only have one life. Live it to the hilt and wear it gloriously.
I want my audience to leave the theater questioning their own resilience and their own defiance. I want them to ask: How do we fight back? How do we carve out space for ourselves in a world that tries to erase us?
I am Montserrat Mendez. I am a playwright and filmmaker. And I wield words as weapons to ensure no one is silenced.
Creo que el lenguaje es una de las armas más poderosas jamás creadas. Dos veces en mi vida, la violencia ha intentado arrebatarme, dejándome con el cráneo fracturado, tinnitus de por vida, la mandíbula destrozada, dos puñaladas y la necesidad de nuevos dientes frontales. Y, sin embargo, he elegido responder a esta brutalidad con palabras como mis armas.
El teatro es un campo de batalla vivo y palpitante para el alma, un lugar donde los personajes revelan sus cicatrices y luchan por su humanidad. Como dramaturgo y cineasta queer, latino y discapacitado, interrogo la intersección entre identidad y supervivencia, las rebeliones silenciosas de quienes se niegan a ser consumidos por la oscuridad. Escribo para incomodar, para inspirar, para hacerte reír a carcajadas, para recordarte que solo tenemos una vida. Vívela al máximo y llévala con orgullo.
Quiero que mi audiencia salga del teatro cuestionando su propia resiliencia y su propia rebeldía. Quiero que se pregunten: ¿Cómo luchamos? ¿Cómo nos abrimos espacio en un mundo que intenta borrarnos?
Soy Montserrat Mendez. Soy dramaturgo y cineasta. Y empuño las palabras como armas para asegurar que nadie sea silenciado.
El teatro es un campo de batalla vivo y palpitante para el alma, un lugar donde los personajes revelan sus cicatrices y luchan por su humanidad. Como dramaturgo y cineasta queer, latino y discapacitado, interrogo la intersección entre identidad y supervivencia, las rebeliones silenciosas de quienes se niegan a ser consumidos por la oscuridad. Escribo para incomodar, para inspirar, para hacerte reír a carcajadas, para recordarte que solo tenemos una vida. Vívela al máximo y llévala con orgullo.
Quiero que mi audiencia salga del teatro cuestionando su propia resiliencia y su propia rebeldía. Quiero que se pregunten: ¿Cómo luchamos? ¿Cómo nos abrimos espacio en un mundo que intenta borrarnos?
Soy Montserrat Mendez. Soy dramaturgo y cineasta. Y empuño las palabras como armas para asegurar que nadie sea silenciado.
